Por raro que nos parezca después de comer hay algunas acciones que realizamos y que no nos vienen nada bien, especialmente porque tienen más consecuencias negativas de las que nunca habíamos imaginado. Algunas de ellas son tan sencillas como tomar una infusión o salir a dar un paseo. Os contamos cuáles tenéis que cambiar de horario pero no excluirlas de vuestra vida cotidiana.
1. Dormir
Echar una siesta o dormir después de comer es una mala idea, en especial si los alimentos son demasiado copiosos.
La gravedad radica en que, al acostarse, los jugos digestivos se alejan del estómago y conducen a desarrollar inflamaciones intestinales. Esto aumenta la presión sobre el diafragma y provoca molestos síntomas como el ardor o el reflujo ácido.
2. Tomar una ducha
Para todos es más conveniente esperar un tiempo prudente antes de ducharse. Al hacerlo después de comer, el cuerpo se enfría, se produce un incremento del flujo sanguíneo y disminuye la cantidad de sangre alrededor del estómago. Este efecto causa trastornos en el sistema digestivo y también puede convertirse en la causa de otros problemas de salud.
3. Fumar
Hoy en día todas las personas saben que el consumo diario de cigarrillo tiene efectos negativos en la salud, que se traducen en enfermedades a mediano y largo plazo. Lo que algunos desconocen es que fumar después de comer equivale a consumir 10 cigarrillos lo que, de forma inevitable, aumenta el riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer.
4. Tomar infusiones o té
El consumo de bebidas calientes después de comer, como las infusiones o el té, tiene un efecto negativo en el cuerpo al impedir la adecuada absorción de nutrientes como el hierro. Los taninos, compuestos activos de este tipo de bebidas, interfieren con las proteínas de los alimentos y provocan dificultades digestivas.
5. Caminar
Caminar es un buen ejercicio para aumentar el gasto energético y activar el cuerpo. No obstante, hacerlo después de comer puede provocar en algunas personas reflujo ácido o malestar estomacal debido a que impide que los jugos digestivos absorban de manera adecuada los nutrientes. Para evitar este efecto no deseado resulta apropiado dejar pasar, como mínimo, 30 o 40 minutos tras cada comida.
6. Tomar agua fría
El consumo de agua fría con las comidas o inmediatamente después no es una buena elección. Esta puede causar aglutinación de los alimentos e impedir que al llegar al intestino se absorban y clasifiquen de manera adecuada. Por el contrario, ingerir agua caliente unos 10 o 20 minutos más tarde ayuda a tener un mejor proceso digestivo.